GUION DE EMPRENDIMIENTO
¿A que llamamos emprendimiento?
es cualquier actividad
nueva que hace una persona, que puede tener como finalidad lograr ganancias
económicas o no. El emprendimiento es llevado a cabo por
los emprendedores. El emprendedor es comúnmente visto como un líder
de negocios y como un innovador
¿Por Qué es importante del Power Point?
Es un programa diseñado
para hacer presentaciones con texto esquematizado, así como
presentaciones en diapositivas, animaciones de texto e
imágenes pre-diseñadas o importadas desde imágenes de la
computadora. Se le pueden aplicar distintos diseños de fuente,
plantilla y animación.
¿Cuáles son los principales elementos de Power Point?
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¿Qué es un Guion de teatro y un cuento?
es el texto donde se
presenta todo el contenido de índole literaria y técnica necesario para el
montaje y realización de una obra de teatro. Como tal,
el guion es el formato bajo el cual se escribe una historia
adaptada al teatro.
BIOGRAFIA
DE HANS CHRISTIAN ANDERSEN
Hans
Christian Andersen
(Odense, Dinamarca, 1805 - Copenhague, 1875) Escritor
danés. Inscrita en el romanticismo, su obra comprende diversos libros de
poemas, novelas y piezas para el teatro; sin embargo, Hans Christian Andersen
debe su celebridad a las magníficas colecciones de cuentos de hadas que publicó
entre 1835 y 1872. Son creaciones suyas relatos como El patito feo, La sirenita, El soldadito de plomo, El
sastrecillo valiente o La reina de las nieves,
tan divulgados y conocidos que a veces son tenidos por cuentos tradicionales
anónimos. Por su poderosa inventiva y la equilibrada sencillez de su estilo y
de su técnica narrativa, Andersen es el primer gran clásico de la literatura
infantil.
El más famoso de los escritores románticos daneses fue
un hombre de origen humilde y formación esencialmente autodidacta, en quien
influyeron poderosamente las lecturas de Goethe, Schiller y E.T.A.
Hoffmann. Tuvo una primera niñez bastante
serena entre un padre zapatero, soñador inquieto y librepensador, y una madre
más vieja que su marido, supersticiosa y activa, siempre dispuesta a mimar a su
hijo; tal equilibrio quedó alterado con la muerte
del padre (1816), a quien el espejismo de la guerra napoleónica había alejado
de la familia, y el segundo matrimonio de la madre.
En 1819, a los
catorce años, Hans Christian Andersen viajó a Copenhague en busca de fortuna.
En vano esperó llegar a ser cantante, actor o por lo menos bailarín, ni tampoco
fueron más afortunadas sus primeras tentativas poéticas. La crisis que vivía el
reino de Dinamarca a raíz de las duras condiciones del tratado de paz de Kiel y
su escasa formación intelectual obstaculizaron seriamente su propósito.
Sin embargo, con la ayuda de personas adineradas
(especialmente del director teatral Jonas Collin, que medió para que se le
concediese una beca), logró cursar estudios regulares, y en 1828 obtuvo el
título de bachiller. Un año antes se había dado a conocer con su poema El
niño moribundo, que reflejaba el tono romántico de los grandes poetas de la
época, en especial los alemanes. En esta misma línea se desarrollaron su
producción poética y sus epigramas, en los que prevalecía la exaltación
sentimental y patriótica.
En 1830, durante un viaje, pasó la experiencia de su
primer amor, desdichado como los dos que siguieron (por Luisa Collin, la hija
de su protector, y por la soprano Jenny Lind, el famoso "ruiseñor del
Norte"). Entre las numerosas composiciones de este período cabe
destacar Caminata desde el canal de Holmen hasta la punta oriental de
Amager, el vodevil Amor en la torre de San Nicolás y las
recopilaciones de versos Poemas (1830), Fantasías y esbozos (1831), Cuadros
de viaje por el Harz, Suiza, Sajonia, etc., en el verano de 1831 y el
ciclo poético Los doce meses del año.
El escaso éxito de sus obras teatrales y su insaciable
curiosidad lo impulsaron a viajar por Europa. En los años 1833 y 1834 estuvo en
Francia y en Italia, principalmente en París (donde escribió Inés y el
tritón) y en Roma; posteriormente, ya famoso gracias a sus cuentos, visitaría
Alemania, Grecia, Turquía, Suecia, España y el Reino Unido, entre otros países,
y anotaría sus impresiones en interesantes cuadernos y libros de viaje: Bazar
de un poeta (1842), En Suecia (1851), España (1863)
y Visita a Portugal (1866).
En 1835, de regreso tras su primer viaje, alcanzó
cierta fama con la publicación de su novela El improvisador. Además de los
cuentos, son dignas de recuerdo las novelas O.T. (1837), Tan
sólo un violinista (1837), Las dos baronesas (1848), Ser o
no ser (1857) y Pedro el afortunado (1870), todas de inspiración
más o menos autobiográfica, y piezas teatrales como El mulato (1840).
Interpretó su propia vida como un bello cuento en sus repetidas
autobiografías: El libro de la vida (1832-33), El cuento de mi
vida (1846) y Mit Livs Eventyr (1855), reelaboración danesa de
la anterior, a la que siguió un apéndice en los años 1868-69.
Los cuentos de Andersen
Durante una estancia en el Reino Unido, Andersen había
entablado amistad con Charles
Dickens, cuyo poderoso realismo, al
parecer, fue uno de los factores que le ayudaron a encontrar el equilibrio
entre realidad y fantasía, en un estilo que hallaría su más lograda expresión
en una larga serie de cuentos. Al regreso de su primer viaje a Italia, que tuvo
la virtud de estimular su fértil imaginación, Andersen preparó y publicó Cuentos
para contar a los niños (Eventyr, fortalte for børn, 1835), primero de sus
famosísimos libros de cuentos
infantiles; nuevas colecciones suyas verían la luz en
años sucesivos (1843, 1847, 1852); la última de ellas fue Nuevos cuentos e
historias (Nye eventyr og historier, 1858-1872).
Pulgarcita en la primera
edición ilustrada de los cuentos de Andersen (1849)
Inspirándose en tradiciones populares y narraciones
mitológicas extraídas de fuentes alemanas y griegas, así como en experiencias
particulares, Hans Christian Andersen llegaría a escribir, entre 1835 y 1872,
un total de 168 cuentos protagonizados por personajes de la vida diaria, héroes
míticos, animales y objetos animados. Parte de ellos son cuentos populares que
el autor había oído contar en su infancia en Odense y que reproduce con tonos
sencillos de gusto popular y, al mismo tiempo, estilísticamente refinados (por
ejemplo, El eslabón, El pequeño y el gran Claus, Los cisnes
silvestres o El porquero). Otros, como Ole Luköje y La
colina de los elfos, están tomados de leyendas; y algunos, como El vestido
nuevo del emperador, proceden de fuentes literarias.
Con todo, la mayor parte de las historias son pura
invención de Andersen, hecho en que el danés se aparta de la línea de autores
que reelaboraron cuentos tradicionales (como el francés Charles
Perrault en el siglo XVII) o se
limitaron a transcribirlos y compilarlos buscando preservar su pureza y
espontaneidad originales (como los hermanos
Grimm). Andersen reveló una poderosa
fantasía al convertir incluso a seres inanimados en protagonistas de sus narraciones,
como ocurre en El soldadito de plomo, El molino de viento, El
farol viejo o El collar. Animales y también plantas son personajes
habituales (El ruiseñor, El sapo, El patito feo, La mariposa, La
margarita, El abeto o El último sueño de la vieja encina), sin
que falten por ello los protagonistas humanos, como en Pulgarcita o El
sastrecillo valiente.
La maestría y la sencillez expositiva logradas por
Andersen en sus cuentos no sólo contribuyeron a su rápida popularización, sino
que consagraron a su autor como uno de los grandes genios de la literatura
universal. Dirigidas en principio al público infantil, aunque admiten sin duda
la lectura a otros niveles, las narraciones de Andersen se desarrollan en un
escenario donde la fantasía forma parte natural de la realidad y las peripecias
del mundo se reflejan en historias que, no exentas de un peculiar sentido del
humor, tratan de los sentimientos y el espíritu humanos.
Valiéndose de elementos fabulosos o reales y
autobiográficos, como en el cuento El patito feo, el escritor danés
identificó sus personajes con valores, vicios y virtudes para describir la
eterna lucha entre el bien y el mal y dar fe del imperio de la justicia, de la
supremacía del amor sobre el odio y de la persuasión sobre la fuerza; en sus
relatos, los personajes más desvalidos se someten pacientemente a su destino
hasta que el cielo, en forma de héroe, hada madrina u otro ser fabuloso, acude
en su ayuda y premia su virtud.
BIOGRAFIA DE LOS HERMANOS GRIMM
Hermanos Grimm
Jacob
Grimm (Hanau, actual Alemania, 1785 - Berlín, 1863) y Wilhelm Grimm (Hanau,
1786 - Berlín, 1859). Filólogos y folcloristas alemanes autores de una
celebérrima recopilación de cuentos populares titulada Cuentos
infantiles y del hogar (1812-1822).
Las innumerables reediciones modernas de esta obra suelen llevar títulos
como Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm o Cuentos de
los hermanos Grimm, como si
los relatos fuesen de su invención. En realidad, buena parte de su éxito como
transcriptores y compiladores de la tradición cuentística oral procede
precisamente de su criterio (novedoso en la época) de respetar al máximo la
frescura y espontaneidad de los cuentos tradicionales, en lugar de someterlos a
artificiosas reelaboraciones literarias.
Los hermanos Grimm
Jacob
y Wilhelm Grimm eran los dos hermanos mayores de un total de seis, hijos de un
abogado y pastor de la Iglesia Calvinista. Siguiendo los pasos de su padre,
estudiaron derecho en la Universidad de Marburgo (1802-1806), donde iniciaron
una intensa relación con el poeta y folclorista Clemens Brentano, quien les
introdujo en la poesía popular, y con el jurista e historiador del
derecho Friedrich Karl von Savigny, el cual los inició en un método de investigación de
textos que supuso la base de sus trabajos posteriores. La exaltación de la
literatura anónima tradicional del filósofo Johann Gottfried Herder, por otra parte, influyó decisivamente en sus ideas
sobre la poesía y la narrativa popular, a la que concedían un valor superior a
la literatura culta en tanto que genuina expresión del espíritu del pueblo.
Entre
1812 y 1822, los hermanos Grimm publicaron los Cuentos
infantiles y del hogar, una
colección de cuentos recogidos de diferentes tradiciones a menudo conocida
como Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. El gran acierto de los hermanos Grimm fue mantener
en esta publicación el carácter original de los relatos, preservando su viveza
y frescura populares al renunciar a toda tentación de reelaboración literaria.
A esta recopilación le siguió otra de leyendas históricas germanas, Leyendas
alemanas (1816-1818).
A
partir de ese momento siguieron, durante unos pocos años, trayectorias
separadas: Wilhelm Grimm se centró en el estudio de la tradición
medieval, mientras que Jacob Grimm se orientó hacia la filología con un
importantísimo trabajo sobre historia de la lengua, La
gramática alemana (1819-1837),
que ejercería gran influencia en los estudios
contemporáneos de lingüística histórica y comparada.
En
1829 los hermanos Grimm se trasladaron a la Universidad de Gotinga, y de ésta,
invitados en 1840 por el rey Federico Guillermo IV de
Prusia, a la de Berlín, en calidad de miembros
de la Real Academia de las Ciencias. Allí comenzaron su más ambiciosa empresa,
el Diccionario alemán, un riquísimo y complejo trabajo del que editaron
solamente el primer volumen. La continuación de esta magna obra requirió los
esfuerzos de varias generaciones de estudiosos, y no fue completada hasta
comienzos de la década de 1960.
Los cuentos de los hermanos Grimm
Los Cuentos
infantiles y del hogar fueron
publicados entre 1812 y 1822, en tres volúmenes. La colección de poemas y
canciones populares El cuerno maravilloso del niño, de Achim
von Arnim y Clemens Brentano, dio a los hermanos Grimm la idea de preparar una
colección de cuentos populares. Según el propósito de los Grimm, esta obra
había de ser sobre todo un monumento erigido a la literatura popular, un
documento que recogiese de boca del pueblo lo poco que se había salvado de la
gran producción medieval germánica y que constituía la tradición nacional que
suponían perdida. Sus fuentes principales fueron, además de los recuerdos de su
propia infancia y de la de sus amigos, la gente sencilla del pueblo a la que
iban interrogando; en la ciudad de Kassel, por ejemplo, la hija del
farmacéutico Wild les repitió muchas historias oídas en su infancia de boca de
"la vieja María".
Ilustración del cuento Hermano y hermana en la edición de 1819
Al
transcribir estos cuentos procuraron conservar fielmente no sólo su trama, sino
también el tono y las expresiones de que aquellas personas se servían. Si bien
en algunos casos tuvieron que intervenir para aclarar pasajes ambiguos o
confusos, se respetó al máximo la espontánea sencillez de la narración y su
estilo oral, inaugurando con ello los métodos etnográficos modernos. Tal rigor
carecía de precedentes: hasta entonces, los autores cultos y los literatos
(como Johann Karl August Musäus) se habían servido de los cuentos populares
como una estructura básica o punto de partida para efectuar una reelaboración
estilística y literaria, en la que podían engarzarse además divagaciones
morales o alusiones poéticas.
Sólo
en una segunda época se aprovecharon también los hermanos Grimm de fuentes
literarias (es decir, de relatos divulgados por autores como Lutero, Hans Sachs, Johann Michael Moscherosch o Johann Heinrich Jung-Stilling), pero esforzándose por hallar bajo las variaciones y
los embellecimientos literarios la primitiva ingenuidad de la trama y del
estilo (proverbios, repeticiones), guiados sobre todo por su instinto poético.
Se ha dicho que estos cuentos se han vuelto verdaderamente populares por medio
del libro de los hermanos Grimm. Lo cierto es que ellos supieron darles tanta
frescura que pocos libros hacen revivir de inmediato la misteriosa y profunda
intimidad de la naturaleza germánica, permitiendo sentirla con el espíritu con
que a ella acude el pueblo alemán.
De
la mayor parte de las fábulas puede desprenderse una enseñanza moral o una
lección práctica, pero el encanto y valor de estos relatos reside ante todo en
su auténtica inspiración popular. Forman parte de esta colección de más de
doscientos cuentos, entre los que figuran narraciones tan famosas como Blancanieves, La Cenicienta, Pulgarcito, Juan con suerte, Leyenda de los duendecillos, La hija del molinero, Caperucita Roja, Rabanita, En busca del miedo, Los músicos de Bremen o Barba Azul.
Aunque
según la idea de sus compiladores la obra no estaba destinada a ser un libro infantil, Goethe, apenas la hubo leído, escribió a Charlotte von Stein
que estaba escrita "para hacer felices a los niños", y puede
considerarse como un gran acontecimiento literario de principios del siglo XIX
alemán, porque desde entonces se convirtió en el libro por excelencia de la
infancia alemana, con el cual generaciones y generaciones formaron su alma. Sin
embargo, el éxito de las traducciones acabó por convertirlo en universal: en el
segundo centenario de su publicación se estimaba que se habían editado mil
millones de ejemplares en ciento setenta idiomas, una difusión superior incluso
a la obra de otro gran clásico de la literatura infantil, el danés Hans Christian Andersen.
La
recopilación de los hermanos Grimm dio lugar a una polémica de cierta
importancia con Clemens Brentano y Achim von Arnim. Los dos poetas (que en su
colección de cantos populares habían precedido de modo contrario a los Grimm,
refundiéndolos formalmente en lugar de respetar el estilo y expresividad
popular), hallaron desaliñada y pobre la redacción de estos cuentos. Ello se
debió a que, mientras Arnim y Brentano no distinguían entre poesía popular y
poesía artística y reconocían para una y otra los mismos derechos, los Grimm
creían que la poesía literaria no podía sino esforzarse (aunque siempre
inútilmente) por parecerse a la tradicional, la cual, representada por las
grandes epopeyas o por los cuentecitos, era infinitamente superior y estaba
dotada de una fuerza poética metafísica anterior a la misma humanidad.
BIOGRAFIA DE CHARLES PERRAULT
Charles Perrault
(París,
1628 - id., 1703) Escritor
francés. Cultivó la poesía galante y fue protegido por el ministro Colbert,
gracias al cual ingresó en la Academia Francesa (1671). Su poema El siglo de Luis el Grande (1687)
reavivó la «querella de los antiguos y los modernos», y para sostener su tesis,
favorable a los escritores modernos, escribió Comparación entre antiguos y modernos (1688-1697)
y Los hombres ilustres que han
surgido en Francia durante el siglo XVII (1696-1700). Es autor
de una recopilación de cuentos infantiles titulada Historias y relatos de antaño (1697),
que le valieron una gran celebridad póstuma.
Charles Perrault
Educado
en el colegio de Beauvais, Charles Perrault se aficionó grandemente a la
literatura desde su mocedad. Compuso durante sus años de colegio una Enéide
travestie agradable, juntamente con su amigo
Baurin y con sus hermanos (Claude Perrault, que sería médico y arquitecto, y
Nicolás Perrault, futuro teólogo). Abogado del foro de París en 1651, obtuvo
luego diversos cargos administrativos y gubernativos. De 1654 a 1664 estuvo
empleado en la administración de la Recaudación General de Hacienda, dirigida
por su hermano Pierre bajo la supervisión del ministro Jean-Baptiste Colbert, protector de la familia.
Charles
Perrault fue más tarde inspector general de la Superintendencia de las
Construcciones Reales y miembro de la comisión encargada de redactar
inscripciones en los monumentos públicos (que posteriormente se convertiría en
la Academia de Inscripciones). Mientras tanto, frecuentaba los salones,
haciéndose apreciar por su "sprit" y por su amabilidad, y fundaba con
Costar y Pinchesne un grupo de amigos literatos a los que se unió durante algún
tiempo Madame de la Suze, la sentimental poetisa. Fue precisamente hacia esta época
(1660) cuando escribió las poesías tituladas Le miroir ou La
métamorphose d'Orante y La
chambre de la justice d'amour.
A
partir de 1671, fecha de su ingreso en la Academia Francesa, tomó parte muy
activa en sus deliberaciones. Colbert le había confiado oficiosamente la misión
de apoyar en el campo literario la política de prestigio con la que reforzaría
y ampliaría la autoridad de la monarquía; el poeta oficial Jean Chapelain le
ayudó en aquella labor. Perrault propuso una reforma en la organización de la
Academia y en el nombramiento de sus miembros; a partir del 13 de enero de
1672, las sesiones fueron públicas. Pero, pese a sus muchos esfuerzos y a los
poderosos apoyos con que contaba, se atrajo la enemistad de otros grupos, en
especial de Nicolas Boileau y sus seguidores.
La
polémica se inició cuando el 27 de enero de 1687 leyó en la Academia un poema
más bien mediocre, titulado El siglo de Luis el Grande, en el que sostenía la superioridad de los escritores
modernos sobre los antiguos. Nicolas
Boileau, Jean Racine y otros ridiculizaron el poema, y Perrault
replicó remachando y explicando sus teorías en los cuatro volúmenes de su Comparación
entre antiguos y modernos (1688-1697).
Las preferencias expresadas por Perrault levantaron un prolongado debate
público que se convirtió en la famosa «querella de los antiguos y los
modernos». Nicolas Boileau lideró la defensa de los antiguos; a sus
sarcásticas Réflexions critiques sur Longin contestó Perrault con una Apologie
des femmes (1694).
La
controversia continuó incluso después de la reconciliación de los dos jefes de
grupo (1700), y no careció de aportaciones de enjundia; así, la teoría según la
cual las artes no dejan nunca de perfeccionarse a través de una revolución de
carácter científico anima la Digresión sobre los antiguos y los
modernos (1688) de Bernard Le Bovier de Fontenelle. Cuando se apartó de esta polémica, que puede
considerarse casi la polémica del siglo, Perrault publicó Los
hombres ilustres que han surgido en Francia durante este siglo, con sus
retratos al natural (1696-1700),
obra biográfica en dos volúmenes, de poco valor, pero ilustrada con hermosos
grabados.
Los cuentos de Charles Perrault
En
1697 publicó Charles Perrault el libro al que debe su celebridad: Historias
y relatos de antaño. Cuentos de mi tía Ansarona. Pensando que era poco serio que la obra apareciera
con su nombre, publicó con el de su hijo esta colección de cuentos en verso y
en prosa, nacida con la modesta pretensión de divertir a los muchachos, pero
que, gracias a su feliz ingenuidad y su sabroso y sencillo estilo, estaba
destinada a conquistar al público europeo y a tener un número prodigioso de
ediciones, así como a captar la atención y exaltar la fantasía de escritores
como los hermanos Grimm, Ludwig Tieck y Maurice Maeterlinck, que hicieron de ella transcripciones y arreglos.
El gato con botas en una ilustración de Gustave Doré
Los
cuentos más populares, y quizá también los más bellos, como Barba
Azul, La bella
durmiente del bosque o La
Cenicienta, serían objeto de versiones musicales a
cargo de compositores de la talla de Gioachino
Rossini, Jacques Offenbach, Paul Dukas y Bela
Bartok. Junto a los ya citados, merecen destacarse otros muchos
también universalmente conocidos, como Caperucita roja, El gato con botas, Pulgarcito, La princesa astuta, Las hadas, Piel de asno, Deseos ridículos y Ricardito, el
del copete.
Si
bien la fuente de sus cuentos es la tradición popular, nos hallamos muy lejos
de la ingenuidad a que quisieron atenerse en Alemania los hermanos Grimm. Aunque su lenguaje es también rico en expresiones
características, tomadas del mundo del que provienen los personajes, Perrault
se mantiene alejado por igual del llano realismo y de la reconstrucción
histórica: sus príncipes y grandes señores son los mismos de la Corte de
Versalles, y sus campesinos y artesanos son los que se movían alrededor de
París y de la Isla de Francia en el siglo XVII.
La
elegancia de su estilo hace de cada uno de estos cuentos una pequeña obra
maestra, fruto de un paciente trabajo de lima, como se puede comprobar
confrontando el volumen del año 1697 con la primera redacción de los cuentos,
aparecida en revistas como el Mercure de France. El literato no supo resistir a
la tentación de añadir a los cuentos una moraleja, que siempre resulta la parte
más débil; al hacerlo, no sólo se inclinaba ante el gusto de la época, sino que
con ello salía al paso de las posibles acusaciones de corromper a la juventud.
Las
demás obras de Charles Perrault tienen un interés muy secundario: Saint
Paulin (1686), Le
cabinet des Beaux-Arts (1690,
colección de grabados), La Marquise de Salusse ou La
patience de Griselidis (1691)
y Adam ou La création de l'homme (1697). Perrault escribió también una comedieta
en tres actos, L'oblieux,
que no se publicó hasta 1868. Sus Mémoires (1755) contienen riquísimas y valiosas
informaciones sobre la obra del ministro Colbert.
MUY BIEN
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